Memorias de la Palmira negra y exclavizada

Palmira tuvo un palenque ubicado en La Torre, corregimiento Rozo

 

Existe poca documentación sobre los aportes de las personas negras esclavizadas en el territorio que hoy conocemos como el municipio de Palmira, se ha invisibilizado una historia que no solo debe estar enmarcada en la trata trasatlántica y la esclavización, sino en los aportes culturales, sociales, políticos y demás; una historia de lucha, fuerza y poder que hoy hace eco en las y los renacientes, entendiendo como “renacientes” a las nuevas generaciones de niños, niñas y adolescentes, categoría en la cual me incluyo. Por lo anterior, surge la necesidad de reescribir, releer y construir una memoria histórica donde el eje rector sea la verdad, el reconocimiento, la reparación y la no repetición.


Las personas negras esclavizadas eran traídas desde África en los llamados barcos negreros, atravesaban el océano Atlántico y en medio de la travesía eran sometidos a grandes vejámenes, los cuales muchos no aguantaban y moría; de hecho, se habla de que el océano Atlántico es uno de los cementerios más grandes del mundo, puesto que ahí fueron depositados muchos cuerpos de hombres y mujeres esclavizados que no soportaron la travesía.

 

En Colombia uno de los puertos más grandes de desembarque de esclavos fue el En Colombia uno de los puertos más grandes de desembarque de esclavos fue el puerto de Cartagena de Indias. Una vez llegaban a este territorio eran entregados a comercializadores, quienes se encargaban de venderlos por todo el territorio nacional y América Latina de acuerdo a la necesidad de cada esclavista “amo”, siendo continuo el intercambio de esclavos. A medida que la esclavitud se extendía, los esclavos podían ser entregados en premios como rifas, apostados en juegos de azar, ofrecidos como garantía para préstamos, y trasferidos como obsequio de una persona a otra. Fueron secuestrados, arrebatados de la madre África y cosificados.

 

La llegada de las personas esclavizadas al municipio de Palmira se dio aproximadamente entre el siglo XVI y XVIII. Llegaban por el puerto de Buenaventura entre el Valle del Cauca y el Pacífico, siendo este también uno de los puertos donde más se comercializaban esclavos.

 

La esclavitud fue la base de todo. Es una parte de la historia silenciada que pocos se han atrevido a explorar, conocer y recuperar. Las personas esclavizadas eran compradas para atender diferentes servicios, como los domésticos, agricultura, ganadería, comercio, construcción de obras públicas. En conclusión, a través de la esclavitud se construyó este territorio. 

 

Palmira se ha dado a conocer como la ciudad agrícola de Colombia, convirtiéndose en la ciudad que más cultiva caña y produce azúcar, siendo este el producto que más ha impulsado el desarrollo económico de la región. Pero todo esto no se ha conseguido de la noche a la mañana; los negros esclavizados eran comprados específicamente para trabajar en las plantaciones de caña.

 

Las personas esclavizadas del municipio de Palmira fueron la mano de obra principal de las plantaciones de caña de azúcar. Aquellos que eran hábiles y experimentados en la agricultura, eran a menudo responsables de decisiones importantes en las plantaciones: alertaban a los esclavistas “amos” cuando la caña estaba lista para cosechar y cuando los jugos de azúcar estaban listos (no tenían libertad, ni recibían paga).

 

Aunque las grandes plantaciones de caña eran el motor de la economía por el trabajo que desempeñaban los esclavizados, ellos realizaban su trabajo sin recibir nada a cambio. Eran tratados como una cosa o máquina de producción; eran controlados por un capataz; debían cumplir con extensas jornadas laborales; y quienes no obedecían, eran severamente maltratados y golpeados. Al final de la jornada laboral, la mayoría de las personas esclavizadas, el escaso tiempo que tenían libre lo dedicaban a compartir con los demás compañeros y compañeras, contando historias, cantando y bailando. En muchas de estas actividades combinaron tradiciones africanas con costumbres aprendidas en el nuevo mundo; algunas de las danzas de los esclavizados eran similares a las danzas tribales africanas y a través del canto expresaban su realidad y sentires.

 

Las mujeres esclavizadas desempeñaban el trabajo doméstico en las plantaciones, pero más allá de la cocina, las mujeres negras eras vistas como una maquina productora de mano de obra; normalmente eran obligadas a tener muchos hijos, preferiblemente varones, para que una vez fueran creciendo, fueran una mano de obra a utilizar o comercializar.  Los niños negros hijos de esclavos, que estuviesen en condiciones “óptimas”, eran apetecidos por esclavistas, obligándolos a crecer rápido y a realizar trabajos de adultos en las plantaciones, y a medida que crecían se convertían en experimentados sustitutos de éstos.

 

El látigo es el recuerdo más común en las plantaciones, ese castigo se utilizaba para someterlos, castigarlos, obligarlos a trabajar y despojarlos de su existencia. Sin embargo, los y las esclavizadas siempre estaban efectuando pequeñas acciones de resistencia, siempre estaban en una lucha constante por su libertad.

 

Hasta que un día se revelaron, abandonaron las plantaciones y emprendieron la huida organizando pequeñas comunidades cerradas con empalizadas, llamadas palenques. A quienes incitaron estas fugas se les llamó “cimarrones”; algunos de ellos eran asesinados, torturados y, en el peor de los casos, sujetados de pies y manos eran colgados en árboles, viviendo sometidos. Todos ellos buscaban su libertad, sus propias organizaciones sociales, su propia economía, es decir, ganar su independencia.

 

Dentro de las practicas que utilizaron para oponerse a las opresiones de sus amos estaban los bebedizos que le ofrecían a los cuidadores para poder huir de las plantaciones, los mapas que tejían con el cabello en la cabeza de las mujeres, las semillas que ocultaron en el cabello para sembrar en los palenques, los bebedizos para abortar cuando no deseaban la vida, por diferentes situaciones: primero, porque en la mayoría de las ocasiones eran violadas por sus amos, segundo, porque eran usadas como máquinas de producción lo cual las condicionaban a tener hijos para sostener la mano de obra de las haciendas. Estas son solo algunas de las muchas más acciones que contribuyeron a la conquista de la libertad.

 

Siendo así como nacieron dos posibles palenques en el municipio de Palmira, un palenque muy fuerte ubicado en San José del Palmar municipio del choco con participación de personas esclavizadas del municipio de Palmira, que limita con Risaralda y el Valle del Cauca, y otro ubicado en La Torre, corregimiento de Rozo. Siempre continuaron en resistencia, y no hubo un solo día que dejaran de luchar para recobrar sus condiciones de hombres y mujeres libres.

 

Aunque la historia de las comunidades negras no termina aquí, es un deber resaltar que los y las negras en condición de esclavizadas hicieron grandes aportes en la construcción del municipio de Palmira. Una vez recobraron su libertad, muchos fueron llamados a participar en la construcción de la infraestructura, así como sus saberes y prácticas ancestrales contribuyeron a la preservación de la vida, contribuyeron al desarrollo de la vida desde otros sectores, entre muchos aportes más.

 

Foto: Cosecha de café en la hacienda La Rita, Palmira,  1893. Autor: Francisco Osorio

Por: Pamela Murillo Daza / Edad: 16 años

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